SOCARRENA, SOCARREÑA o SOCARRÉN ‘parte del alero del tejado que sobresale de la pared’, ‘desván’: del lat. SŬGGRŬNDէA íd., vulgarmente SŬGGŬRŬNDէA, salió primero *socorueña, *socoreña, que luego se convirtió en socarreña o socarren(a), por haberse interpretado popularmente como derivado de socarrar, a causa de lo ahumado de esta parte de la casa, por donde sale la chimenea.

1.ª doc.: S. XIII.

En la Vida de S. Millán de Berceo, el demonio que ensucia una casa, acosado por las plegarias del santo, «asmaba esconderse en qualque socarrena» (rimando con cena, etc.), con la esperanza de que se fuese el exorcizador y pudiese hacer nuevamente de las suyas. La misma forma aparece en la misma centuria en el Fuero de Sepúlveda1. «Vos farán muchas mercedes, / non dudedes, / sy meteys en socarrena / mi vallena e atacena» J. A. de Baena (Canc. n.º 383, v. 25). Esta forma se encuentra además en Covarr., en Fr. A. Pérez (1603) y, calificada de vulgarismo, en Pedro Espinosa (1625, Obras, 196.21). Nebr. trae «socarrén del tejado: subgrunda» y asimismo tres veces en Juan de Pineda (como femenino) y como masculino en la Pícara Justina y en Gonzalo Correas. En cuanto a socarreña, la forma más fiel a la etimología, aparece en Oudin «une fente au fonds d’une navire»), en Álvarez de Abreu, y ya Fz. de Oviedo (1535) trae una vez socareña y otra socarena, cuyas rr sencillas pueden ser primitivas; hoy se emplea esta forma en Santander (G. Lomas) y de ahí se sacó por confusión con la -s del artículo plural el alav. ucarreñas (Baráibar).

Las acs. son varias, además de la primitiva ‘parte que sobresale del alero del tejado’, documentada por Covarr. En el sentido de ‘desván’, además de Berceo y Rosal, lo trae la Pícara Justina: «trepaban por las paredes a los socarrenes y desvanes», y sigue con este sentido en Álava. De ahí se pasa a ‘escondrijo, agujero’: «en tal forma que se salvaban muchas peñas e socavaduras o socareñas que hay en la barranca», «crían por todas aquellas peñas o socarenas que están hacia dentro del infierno» Fz. de Oviedo, «en los agujeros de la piedra y en las socarrenes de las paredes» Juan de Pineda, «una manera de cueva que está hundida bajo de tierra» Covarr., y otros que pueden verse en Cej. IX, 49-50; hoy socarrena «cueva rellena de cristales, drusa» en Sierra Morena, especialmente en Linares (BRAE XXII, 495). En Santander, desde ‘alero’ se ha pasado a ‘cobertizo, especialmente el que hay en los corrales para meter los aperos, la carreta, etc.’ (G. Lomas; Rev. de Santander V, 271).

Ya Segl (ZRPh. XLII, 107-8) indicó que socarreña procedía de SUGGRUNDIAparte que sobresale del alero’, y aunque ni M-L. (REW 8438a) ni la Acad. han recogido esta sugestión, no se ha propuesto otra etimología, y ésta me parece indudable, a pesar de los detalles fonéticos. No hay que partir de la forma clásica SUGGRUNDA, conservada hasta hoy en fr., rumano, y simplificada en gronda por el it. y el retorromance; sino de la forma SUGGRUNDIA, plural de SUGGRUNDIUM, que con el mismo sentido está en Vitruvio (Walde-H., s. v. grunda), también está sugrudia en las glosas isidorianas (CGL V, 611.49) y sugurundia en un glosario de Cambridge conservado en ms. del S. XII, pero que contiene otros vulgarismos antiguos (CGL II, 594.47); esta anaptixis de otra u no es rara en las glosas (suggurunda II, 467.51; sugurunda II, 520.22, 594.50, de donde el fr. sévéronde). De SŬGGŬRŬNDէA había de salir ―como el antiguo vergüeña de VERECUNDIA*sogorueña o quizá *socorueña, ensordeciéndose la GG geminada (comp. REDDERE > cat. retre, GIBBA > cat. gepa), y luego *socoreña (igual que curueña > cureña). Para el resto hay que apelar al influjo de socarrar (que quizá también sea responsable de la -c-), influjo por lo demás explicable: en las casas antiguas y pobres, la chimenea no era más que un agujero practicado a través del desván, que así quedaba ahumado perpetuamente y aun quizá chamuscado; el cat. fumeral ‘chimenea’ se ha convertido en el aran. hümarau, que significa ‘desván’. La forma socarrén o socarrena presenta un cambio de sufijo, producido cuando el vocablo se relacionó con socarrar. así como andén correspondía a andar y llantén a llantar (plantar), socarrén funcionó como un derivado del verbo socarrar, y a causa del género femenino se creó un socarrena tal como hay sarta(i)na junto a sartén, planta(i)na junto a llantén. Admitir un influjo de carena ‘quilla’, como quiere Segl, es más aventurado, pues no se sabe que tal palabra haya significado ‘cumbrera’ en castellano, y así como así no nos explica la forma socarrén, la cual por sí sola da la clave de la formación de socarrena. Spitzer, MLN LXXIV, 128-9, propone por razones fonéticas partir de so- + CARRAGO, -GէNISfortificación o barricada hecha con carros’. A la vista está que esto no sirve en el aspecto semántico. Olvida además que SUGGURUNDIA está documentada en glosas y en otros romances y que el ensordecimiento de sonoras geminadas está comprobado en varios casos castellanos (V. los índices aquí, s. v. dd y bb).

1 T. A. Sánchez en su glosario de Berceo traduce ‘casilla ruin’ fundándose en que en partes de Santander el vocablo significa «casa de paja, de establo, etc., contigua a la principal». Sin embargo, el contexto exige que el demonio no salga de la casa, por lo tanto ha de ser ‘desván’, que es la ac. que asignaba a socarrén F. del Rosal en 1601. Calleja en su glos. del Fuero de Sepúlveda da la misma definición que Sánchez, en quien seguramente se inspira; no puedo comprobarlo en el texto.